Dividendos por un tubo. ENAGÁS y la burbuja del hidrógeno verde

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Ángel Encinas Carazo. Ecologistas Zamora

LA IMPOSIBLE “TRANSICIÓN ENERGÉTICA VERDE”

Vivimos un momento de graves urgencias, de locas huidas hacia adelante y de proyectos insensatos que, como un cáncer terminal, solo persiguen seguir creciendo. En eso consiste el desarrollo capitalista. Por eso se escribe este artículo, sin olvidar que lo de ENAGÁS es solo lo de UNAMÁS

Lo de “transición energética verde” para toda esta pandilla de grandes corporaciones es solo una disculpa, un ropaje a la moda para seguir a lo mismo mientras nos acercamos a un futuro que se nos va de las manos. Y es que no hay salida con un sistema incapaz de echar el freno y decrecer hasta los límites sostenibles medioambientales. “No hay ningún plan para adaptarnos al descenso energético brusco que nos va a sobrevenir”, nos viene diciendo desde hace unos cuantos años Antonio Turiel. Solo importa hacer lo contrario, seguir creciendo, seguir creando infraestructuras de todo tipo cada vez más grandes y costosas. Los planes de ENAGÁS con sus delirios crecentistas van en esa suicida dirección 

EL CONTEXTO INMEDIATO

El marco de referencia  fundamental en la UE para todas estas políticas “transicioneras” es el llamado Pacto Verde Europeo (European Green Deal) de 2019, por el cual Europa se convirtió en el primer continente en adquirir un compromiso de cero emisiones netas en 2050. Ya está claro de qué forma.

Después vino el Plan REPowerEU de marzo de 2022 como respuesta a la invasión de Ucrania por Rusia para eliminar la dependencia del gas ruso en 2030. Los lobbies en Bruselas de las grandes corporaciones energéticas consiguieron entonces que se señalara al hidrógeno verde como un vector clave para lograr la neutralidad climática y asegurar el suministro energético. Todo ello, a pesar de la inmadurez y graves problemas de su tecnología y explotación. Lo que importaba estaba bien claro: salidas para el negocio de los oligopolios.

El Plan REPowerEU establece el ambicioso objetivo de producir 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable y de importar otras 10 millones de toneladas para 2030, además de impulsar la infraestructura necesaria para su transporte y distribución. Esto supondría multiplicar por 2,5 veces el consumo de hidrógeno actual de la UE, cifras altamente cuestionadas por los expertos. Esto explica que el marco regulatorio se haya ido redefiniendo todos estos años.

Hay que resaltar que el mercado mundial del hidrógeno está, a día de hoy, casi totalmente dominado por los combustibles fósiles. El Hidrógeno fósil (“gris”) se produce a partir del Gas fósil (“natural”) representando entre el 95% y el 97% de todo el hidrógeno que se produce en el mundo: unos 95 millones de Toneladas. La mayor parte se destina al refino del petróleo y a la producción de amoníaco para fertilizantes.

Por su parte, el hidrógeno verde, producido por electrólisis con electricidad renovable, representa un escasísimo 3% – 5%. 

En Europa, el consumo de hidrógeno alcanzó los 7,9 millones de toneladas en 2023, de las que el 96% se produjeron a partir de gas fósil.

En este panorama, España, con la Hoja de Ruta del Hidrógeno del Gobierno y sus más de 60 medidas, aspira a ser uno de los puntos claves de interconexión, un hub, para la producción y exportación del hidrógeno verde en los próximos años, previendo para 2030 una producción de 4 gigavatios (GW) de potencia instalada en electrolizadores, para los que se necesitarían más de 10 millones de paneles solares y una ingente cantidad de agua ultrapura

Las enormes diferencias entre el H fósil o gris y el H verde tienen mucho que ver con la estructura de costes y rentabilidad: mientras que el coste actual aproximado de 1 kg de hidrógeno verde está entre 3,5 y 10,5, el del hidrógeno gris está entre  entre 1 y 2 euros por kilogramo. Aunque estas diferencias se irán reduciendo progresivamente, según los expertos los precios del Hidrógeno verde seguirán altos durante varias décadas.

Según las conclusiones del Europe Gas Tracker 2025, la extensa red de hidrógeno planeada en los 12 proyectos previstos en toda Europa, ampliaría o convertiría 50.165 kilómetros (km) de ductos en gasoductos de hidrógeno y 44.6 gigavatios (GW) de capacidad energética, “una red de hidrógeno de esta escala, (…) es poco práctica y poco realista como estrategia de descarbonización”.

Además, los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo, con lo que la burbuja creada con la energía renovable fotovoltaica y eólica seguirá creciendo de forma imparable, a la que hay que sumar la disputa por los escasos recursos hídricos de las zonas más “dinámicas” en el tema, entre ellas Castilla y León.

Según Global Energy Monitor en el mismo informe, “Los planes de hidrógeno de Europa (…) parecen, en el mejor de los casos, ajenos a la ciencia y la economía del hidrógeno y, en el peor, como un intento de la industria del petróleo y el gas de extender la vida útil de la dependencia de Europa del gas

Con este panorama hablemos ahora de ENAGÁS.

ENAGÁS, LA DUDOSA REINA DEL DIVIDENDO

Procedencia

ENAGÁS es la Operadora del Sistema Gasista (TSO por sus siglas en inglés) español, el único gestor técnico del sistema gasista, encargado de garantizar la continuidad y seguridad del suministro del gas. Posee la mayoría de las redes de transporte del sistema gasista del Estado español. Curiosamente, a pesar de su importancia decisiva en el sector energético, ha conseguido pasar desapercibida del ojo mediático y social. 

ENAGÁS nació como una empresa pública en 1972 , y lo mismo que Telefónica, Repsol, Endesa, Argentaria, IBERIA y tantas otras empresas, fue privatizada bajo las políticas neoliberales de los gobiernos de Felipe González y José María Aznar. Esta privatización en concreto se llevó a cabo sin concurso y a puerta cerrada. Según un informe oficial, el Estado habría perdido 63.000 millones de pesetas en la privatización de Enagás.

Fuente: Informe “Las finanzas del gas”. Ecologistas En Acción.

La mayor parte de su capital está en la Bolsa. De hecho, junto a  Repsol, Redeia o Endesa, es una de las grandes pagadoras de dividendos del Ibex 35.

El Estado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), posee una participación de tan solo el 5%, suficiente para mantener su control, pero el restante 95% está en manos de inversores privados extranjeros, la gran mayoría fondos de inversión y bancos de Estados Unidos y Reino Unido

Fuente

Otros accionistas significativos son Amancio Ortega y su holding Partler 2006 (5%) , el fondo Bank of America (3,61%) y Blackrock (3,38%).

la imbricación de ENAGÁS con los Gobiernos del bipartito se manifiesta en su protagonismo en las puertas giratorias de estos Gobiernos:

Fuente: Informe “Las finanzas del gas”. Ecologistas En Acción.

Ante el previsto declive del negocio del gas fósil, el propósito actual de la compañía es a medio y largo plazo pasar de explotar gasoductos a gestionar hidroductos  para el hidrógeno renovable en España y hacia Europa. Es su huida hacia adelante para evitar convertirse en fiasco bursátil y, de paso, asegurar los 1,7 millones que cobró en 2024 su consejero delegado, Arturo Gonzalo Aizpiri, (un 18,5 % menos respecto a los 2,097 millones de 2023). No en vano este señor es uno de los grandes protagonistas de las Puertas Giratorias.

LOS PLANES TRANSICIONEROS DEL GOBIERNO ESPAÑOL

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es la hoja de ruta estratégica de España para alcanzar la neutralidad climática en 2050, mediante la reducción de emisiones, el impulso de las renovables y la mejora de la eficiencia energética. En su versión más reciente, el PNIEC 2023-2030, actualizada a finales de 2024, eleva los objetivos para 2030 a:

  • 32% de reducción de GEI.
  • 48% de renovables sobre el uso final de la energía. 
  • 43% de mejora en la eficiencia energética, 
  • 81% de energía renovable en la generación eléctrica
  • Reducción de la dependencia energética hasta un 50 %

El plan prevé movilizar movilizar nada menos que unos 300.000 millones de euros (sic), de los que el 85% procederán del sector privado, y el 15% restante el Estado. 

Respecto al Hidrógeno, El MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) está impulsando la producción de hidrógeno renovable en España mediante la Hoja de Ruta del Hidrógeno, aprobada en octubre de 2020 en línea con la Estrategia Europea del Hidrógeno, que también se adoptó en 2020. El objetivo es conseguir la instalación de 4 GW de electrólisis en 2030 y la sustitución del 25% del hidrógeno gris consumido por hidrógeno renovable. 

 Para ello, el MITECO ha adjudicado en febrero de 2025  1.223 millones de euros a siete grandes proyectos de valles o clústeres de hidrógeno verde

En este contexto la Red Troncal de Infraestructuras de Hidrógeno de España de ENAGÁS fue incluida en la lista definitiva de Proyectos de Interés Común (PCI) de la Comisión Europea en abril de 2024.

LOS PLANES “OFICIALES” DE ENAGÁS

Los planes de Enagás, en línea con el objetivo del Gobierno, de convertir España en un gran hub nacional e internacional de hidrógeno verde, pasan por construir una gran red interna de tuberías para llevar el gas verde dentro del país y exportarlo a Europa.

  • Inversión total: 4.035 millones de euros hasta 2030. 
  • Inversión en hidrógeno verde: 3.125 millones de euros. 
  • Infraestructuras clave: El plan incluye inversiones en la Red Troncal de Hidrógeno en España y el corredor submarino H2Med (Barcelona-Marsella), que han adquirido la categoría de Proyectos de Interés Común Europeo. 

Las inversiones se acometerán principalmente a partir de 2027.

La apuesta es fuerte porque la producción de este gas para sustituir a los combustibles fósiles está en mantillas. 

Por su parte, los países europeos tienen en sus planes nacionales un total de 21.000 kilómetros de proyectos de infraestructuras de hidrógeno, que suponen una inversión de 60.000 millones.

Fuente: ENAGÁS y La Opinión de Zamora

DINERO DE TODOS PARA FINANCIAR PLANES PRIVADOS ALTAMENTE ESPECULATIVOS

La futura red —incluyendo un almacenamiento asociado—, ha recibido ya 40,2 millones de euros, y H2med, 35,5 millones de euros.

Por otra parte, la UE adjudicó en enero el 100% de los fondos solicitados por Enagás —32,5 millones— al mecanismo Connecting Europe Facility para la fase de estudios e ingeniería de estos proyectos. 

Con toda seguridad, y a medida que se vayan acumulando los problemas de esta aventura especulativa, se acumularán las solicitudes de ayudas y la concesión de las mismas tirando de fondos que podrían tener otra finalidad de mayor utilidad social y energética. Una empresa de las dimensiones de Enagás no puede dejarse caer por muchas aventuras a las que se lance. El colchón de mamá Estado estará para evitar que se estrelle corriendo con todos los gastos de la red y del propio colchón. Para algo sirven las puertas giratorias.

DUDAS ENTRE INVERSORES Y EXPERTOS

Fuente: Economía digital

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) subraya en uno de sus últimos informes la incredulidad que suscita el desarrollo de la Red Troncal Española de Hidrógeno que deberá recorrer el país para 2030. Asegura que 

«no es creíble ningún escenario de disponibilidad de una red de transporte de hidrógeno en el transcurso de, al menos, la próxima década».

«De hecho, como ha puesto de manifiesto la asociación de gestores europeos, European Hydrogen Backbone, hay un problema básico sobre cómo recuperar los costes de inversión en una nueva red en un contexto donde durante muchos años los volúmenes de demanda serán muy reducidos y no podrán soportar la transmisión de los costes de despliegue»

Fedea señalan que el debate debe confrontar un modelo de transporte a larga distancia con otro basado en la producción de hidrógeno y su uso local.

«Esto último no requiere construir redes de transporte y seguramente permite gestionar de un modo más creíble el complejo asunto del almacenamiento subterráneo del hidrógeno»

Por otro lado, destaca que el almacenamiento subterráneo del hidrógeno «se enfrenta con complicaciones técnicas y, previsiblemente, con oposición social».

Expertos como el ingeniero Marcos Rupérez, colaborador de OBS Business School, ven al hidrógeno como una navaja multiusos “que sirve para muchísimas funciones y es muy versátil, pero en muchas ocasiones existen herramientas específicas que realizan mejor cada una de sus funciones”. La consecuencia: “No acabamos de ver caminar la economía del hidrógeno”. “El hidrógeno electrolítico”, ha escrito Rupérez, “está queriendo correr antes de andar, pasando de instalaciones inferiores a megavatios, con experiencias de pocos años, a inversiones multimegavatio con operaciones de 20 años, y eso tiene un riesgo que alguien tiene que asumir”.

Por su parte, Robert Rozansky, director de proyectos de Europe Gas Tracker, señala que:

“Una red de hidrógeno de esta escala, con la producción de energía como principal uso final, es poco práctica y poco realista como estrategia de descarbonización (…) En lugar de arriesgarse a quedarse con el gas, los responsables políticos de la UE deberían exigir a los promotores de proyectos que aclaren cómo obtendrán hidrógeno verde. Esto obligará a los reguladores a rendir cuentas y permitirá una mejor planificación de los proyectos”

EL LLAMADO “PLAN CONCEPTUAL DE PARTICIPACIÓN PÚBLICA (PCPP)” 

Según informa ENAGÁS en su web, sus comerciales recorrerán “vendiendo” su “plan conceptual” por 13 comunidades autónomas y más de 550 municipios para terminar elaborando un informe final de resultados del proceso antes de tomar la  decisión final de inversiones en 2027, para luego iniciar la construcción en 2028 y estar operativo en 2030. 

Tras Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, Cantabria y en estos momentos (otoño 2025) Castilla y León, el PCPP continuará de forma escalonada por las comunidades de Principado de Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia. Las fechas concretas se van conociendo progresivamente en cada comunidad.

LO QUE DEBERÍAN SER ESTAS CITAS

El “sentido común” implantado por el relato neoliberal hace que a muchos les parezca una quimera no deseable que se imponga el control social de todo lo que importa para el metabolismo social, empezando por la energía, su producción y su distribución.

En el mejor de nuestros sueños una empresa social(izada) lo que debería hacer es fijarse unos objetivos realistas para un necesario contexto decrecentista o de postcrecimiento ante el más que previsible fin de los combustibles fósiles, incluido el gas fósil o “natural”, y eso supondría apostar por el mantenimiento de la enorme red actual y reducir al máximo la creación de nuevas infraestructuras; abandonar el megalómano y delirante sueño de sustituir las gasolinas por el hidrógeno, y dedicar su producción exclusivamente a aquellos sectores a los que la electricidad no llega o es ineficiente (siderurgia, navegación, aviación, etc).  En resumen, poner por encima de los intereses privados de los accionistas, los intereses comunitarios de una sociedad al borde del abismo. 

LAS RAZONES MANIFIESTAS Y LAS OCULTAS INCONFESABLES DE ENAGÁS

  1. Lo primero es que lo hace obligada al ser incluido en 2024 entre los Proyectos de Interés Común (PCI). Junto a las fuertes subvenciones, está la obligación de informar sobre el proyecto y recoger aportaciones y propuestas. Suena muy bien, pero tranquilidad, que todo estará bajo control.
  2. Lo que se pretende es aprovechar esta obligación para ganar el apoyo social e institucional (Comunidades autónomas, Diputaciones, ayuntamientos, empresas y, de paso, ciudadanía interesada) en todas las regiones por las que pasará la gran red de tubos. 
  3. Quieren adelantarse a la experiencia de la lucha vecinal contra el resto de burbujas (macrorrenovables, biometano, minería a cielo abierto, etc) crecidas al calor de la piñata de dinero público de la UE es más que suficiente para ponerse las pilas. 
  4. Habida cuenta de las ínfimas producciones actuales de hidrógeno, nada nos van a decir de los gases que circularán por esta inmensa red de ductos que vienen a completar y/o sustituir a la ya extensa red de gas fósil. Es muy posible que el plan del Hidrógeno Verde no sea otra cosa que un “MacGuffin” o truco argumental para reforzar y preparar la red gasística con vistas a bombear las ingentes cantidades de gas fósil que nos llegará de medio mundo a través de los buques metaneros y de los gasoductos africanos para distribuirlo en Europa. Lo del Hidrógeno sería la oportunidad de tapar bocas y abrir bien la cartera para la lluvia de millones de la UE y del Estado español.
  5. De la propia producción del Hidrógeno verde que en un futuro no cercano circulará por esos ductos, ¡chitón!, porque ya ven venir la movilización social en los territorios de sacrificio, sobre los que necesitarán multiplicar el despliegue de numerosos polígonos de  placas y molinos, y a los que se les pretende esquilmar sus escasos recursos hídricos. El caso del proyecto de una fábrica de Hidrógeno verde en Villafáfila les asusta, y no quieren que se repita. 
  6. Al final, lo importante es asegurar el dividendo a los accionistas y el sueldo millonario a su CEO, Si un proyecto  especulativo de alto riesgo como el presente da problemas, para el rescate estará papá Estado y mamá UE. Faltaría más. Es lo bueno de las puertas giratorias.

POR QUÉ HAY QUE RECHAZAR ESTE PLAN DE ENAGÁS

Gas No Es Solución es una alianza formada por diversas organizaciones ecologistas, sociales y ciudadanas que rechazan el uso del gas fósil como parte clave de la transición energética. Argumentan que las grandes infraestructuras de gas y los volúmenes de hidrógeno contemplados por empresas y gobiernos son desproporcionados, no priorizan el consumo local, y en el caso del hidrógeno subrayan su ineficiencia energética. Las cifras contempladas por el Gobierno y la UE supondrán la construcción de gran cantidad de nuevos polígonos de renovables, con serias implicaciones para el territorio y los ecosistemas.

Respecto a las enormes inversiones previstas, consideran que la creación de infraestructuras como el corredor H2Med, son insostenibles e innecesarias y podrían poner en riesgo la “transición energética”

La alianza reconoce que el hidrógeno verde es una solución para la descarbonización de sectores difíciles de electrificar, como la siderurgia, maquinaria pesada o el transporte marítimo y aéreo, pero en ningún caso para sustituir o complementar los usos del gasolinas y gasóleos. La alianza aboga pues por reservar su uso a estos sectores difíciles y priorizar la electrificación directa como opción preferente y más eficiente en la transición energética.

En julio de 2025  Gas No es Solución presentó en plazo alegaciones formales ante el MITECO contra los trámites de información pública abiertos para los diferentes tramos del proyecto ‘Infraestructura Interior de Hidrógeno en España’, incluidos en la Red Troncal Española de Hidrógeno y en el corredor H2Med. La red exige la paralización inmediata de los trámites mientras no se apruebe un instrumento legislativo que permita una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) adecuada de todos los planes y programas asociados.

Las entidades denuncian que la red de transporte de hidrógeno carece de la planificación ambiental exigida por la legislación vigente, como sí ocurre con la red de transporte eléctrico. Advierten así mismo que el fraccionamiento del proyecto podría estar vulnerando la legislación europea y española, que obliga a considerar los impactos acumulados de infraestructuras como las grandes conducciones de hidrógeno.

Como dice Belén Balanyá, de Corporate Europe Observatory, en El Salto, las grandes empresas de petróleo y gas como Shell, Total, ExxonMobil, BP, Equinor y sus grupos de presión figuran en la lista de los cien que más gastan en actividades de lobby en la UE. Conscientes de que el hidrógeno será mayoritariamente producido con combustibles fósiles durante años, han promocionado con éxito el hidrógeno como una solución milagrosa a la crisis climática. Usan los objetivos poco realistas de la UE para el hidrógeno verde para colar hidrógeno fósil. Se aprovechan de su campaña para vender el hidrógeno “azul” —producido a partir de combustibles fósiles, principalmente gas, con parte de las emisiones de carbono “capturadas”— como limpio, siendo, como es, un producto muy contaminante, mayor que la quema directa de combustibles fósiles.

De esta forma, el hidrógeno, gris, azul o el insignificante verde, se convierte en la trampa con la que piensan cubrirse las espaldas las empresas más contaminantes.

A todo esto hay que añadir lo que supone de profundización en prácticas extractivistas neocoloniales, con la apropiación de tierra, agua y energía con vistas a la exportación al corazón insaciable del centro de Europa. Nos referimos tanto a la España vaciada por la que corren los ductos existentes y proyectados, a la que se está convirtiendo en “tierra de sacrificio”, como a países africanos como Mauritania o Marruecos y el Sahara Occidental ilegalmente ocupado. 

En última instancia está el objetivo oculto expresado con claridad por su presidente con esta aventura de la multiplicación de gasoductos, por los que durante mucho tiempo circulará el gas fósil, ahora en mucha mayor cantidad. Ya lo decía sin pelos en la lengua el propio Gonzalo Aizpiri en 2022:

“Hoy más que nunca estamos viendo cómo, gracias a la capacidad de las plantas de regasificación españolas que pueden traer gas natural licuado (GNL) de cualquier punto del mundo, España tiene un suministro seguro y diversificado. En lo que llevamos de año, hemos recibido gas de 18 orígenes diferentes”.

CONCLUSIÓN: ESTAMOS CERCADOS PERO SIEMPRE HAY GRIETAS EN EL MURO

La conclusión lógica de toda la información presente en este trabajo es que ENAGÁS, empresa que opera en régimen de monopolio en España como el único gestor y transportista de gas fósil, actúa con la prepotencia que le proporciona su labor de lobby en las instituciones europeas y en el Gobierno de España, así como su abundante uso las puertas giratorias que la imbrican con los dos partidos más importantes de nuestro país. 

En manos del Gobierno y de las propias instituciones europeas está el ceder a sus delirios expansionistas pensando sola y exclusivamente en la retribución de sus accionistas y equipo directivo. Desgraciadamente es lo que están haciendo, cada vez más inermes ante las demandas y exigencias de los monopolios y oligopolios privados que rigen desde el interés privado algo tan decisivo para nuestro futuro como es la gestión de una energía muy contaminante y cada vez más escasa y costosa.

La ciudadanía tendemos a rehuir el cuestionamiento de estos gigantes ante su prepotencia y capacidad de control, ignorando que siempre hay grietas en el muro por las que pueden ir metiendo cuñas. Debemos tener en cuenta que la crisis energética que viene, una vez se alcancen los picos en la producción de todos los combustibles fósiles, abrirá grandes boquetes, por los que podremos introducir nuestras propuestas basadas en el bien común, poniendo la vida en el centro. 

El primer paso es la de abrir bien los ojos e informarse para cuestionar los cantos de sirena de estas corporaciones, capaces de pagar generosamente el autobombo en forma de marketing y publicidad. 

El segundo paso es asistir a campañas propagandistas como la que ENAGÁS tiene ahora en marcha, para moverles, siquiera un poco, la gruesa alfombra sobre la que se mueven repartiendo chocolatinas y caramelos entre incautos e interesados. 

Y el tercer paso, el más deseable: ocupar las calles y movilizar el voto para que los gobiernos dejen de impulsar la megamáquina constituida por estas grandes corporaciones, que nos está llevando al derrumbadero. Nuestros representantes tienen que dejar de actuar como sus peones y salirse de su suicida lógica crecentista y neoliberal. Según ella, como bien dice Antonio Turiel,  “no sale a cuenta no extinguirnos”.

Respuestas a «Dividendos por un tubo. ENAGÁS y la burbuja del hidrógeno verde»

  1. Avatar de Caridad
    Caridad

    Gracias por la información, para las que no sabemos del tema, hay que leerlo con papel y lápiz para entender bien.
    Importantes las medidas a aplicar por la ciudadanía!! Tomo nota!

  2. Avatar de Redacción

    Gracias, amiga. Ayer precisamente asistí a uno de esos encuentros a los que están obligados, y con otra compañera les movimos un tanto la gruesa alfombra que pisan. No es difícil hacerlo en Castilla y León, lugar de paso de ductos que solo atravesarán las provincias y propiciarán el desarrollo de la burbuja del hidrógeno para la exportación hundiendo aún más a estos territorios de sacrificio.

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