Por Xoán R. Doldán. La falsa idea de que no es contaminante surge de su no inclusión en los controles de emisiones del protocolo de Kioto, por no usar fósiles en la generación. Sin embargo, sí se usan en abundancia en la extracción del uranio, el enriquecimiento, transporte, reprocesamiento o en la propia construcción de la central.