Las plantas de biogás/biometano continuan expandiéndose por toda la Región de Murcia. Esta vez en el propio municipio capitalino.

Por Rosa Roda
Periodista murciana.
La planta procesará 67.000 toneladas anuales de purines, lodos, subproductos animales y residuos industriales. El agua residual tratada se verterá directamente en la Rambla Salada, un cauce natural sensible
En una explanada entre la Rambla Salada y la autovía RM-15, en el norte del término municipal de Murcia, la empresa PreZero proyecta una instalación industrial de gran envergadura. Su nombre, CH4 Green Gas, alude al metano que se extraerá del tratamiento de residuos orgánicos mediante digestión anaerobia.

La planta se proyecta en la parcela catastral 36 del polígono 81, ubicada en la zona de Venta Mendoza, en el norte del municipio de Murcia. Esta ubicación se sitúa a 7,5 km de Alcantarilla y de la pedanía murciana de Javalí Nuevo. Al tratarse de una actividad de alta incidencia ambiental, debe situarse según el PGOU con una separación mínima de 2.000 metros.

En las inmediaciones de la parcela existen viviendas dispersas y explotaciones agrícolas, algunas de las cuales se encuentran a menos de 1 kilómetro de la ubicación prevista para la planta. Esta proximidad podría generar inquietudes entre los residentes locales debido a posibles impactos relacionados con olores, tráfico de camiones y emisiones.
La planta CH4 Green Gas se ubicará en una parcela rústica de uso principal agrario, clasificada urbanísticamente como suelo urbanizable no sectorizado. La parcela tiene una superficie de 68.112 m2.
Para poder implantar la actividad en esta localización, PreZero ha iniciado el trámite de autorización excepcional por interés público, en virtud de la Ley 13/2015 de Ordenación Territorial y Urbanística de la Región de Murcia, ya que el suelo urbanizable sin sectorizar no permite automáticamente el uso industrial sin esta figura legal.
Además, la parcela se encuentra cerca de la Rambla Salada, un cauce natural que ha sido objeto de preocupación en el pasado por episodios de contaminación. La descarga de aguas tratadas en este cauce, aunque cumpla con la normativa vigente, podría ser motivo de debate y rechazo.
67.000 toneladas anuales de residuos
La planta se presenta como un complejo multifuncional: producción de biometano, gestión de residuos orgánicos, centro de transferencia de residuos peligrosos y valorización de materiales industriales. En conjunto, una capacidad superior a las 67.000 toneladas anuales de residuos. La cifra, por sí sola, ya da pistas de su impacto.
Desde la empresa aseguran que la instalación está pensada con criterios de eficiencia energética y sostenibilidad. Incluirá placas solares, sistema propio de depuración de aguas y procesos de separación sólido-líquido para aplicar únicamente los restos estabilizados a campos agrícolas. Pero ese tipo de afirmaciones técnicas no suelen calmar a los vecinos cuando la palabra “purines” aparece en el proyecto.
Entre los residuos previstos que tratará la plata están estiércoles, purines, lodos industriales, restos de pescado, frutas, residuos SANDACH (subproductos Animales No Destinados al Consumo Humano), aceites usados, medicamentos caducados, pinturas, disolventes, aparatos eléctricos y una larga lista de subproductos industriales. Muchos de ellos con potencial para emitir olores, atraer vectores o implicar riesgos si no se gestionan con precisión.
Que vaya a tratar residuos SANDACH obliga legalmente a la planta a incorporar una unidad de pasteurización o higienización.
Ruido, olores y residuos: los efectos colaterales de la planta CH4 Green Gas
Aunque la documentación presentada por PreZero defiende que el proyecto se ha diseñado con criterios de eficiencia ambiental, los informes técnicos advierten de una serie de impactos inevitables que afectan al aire, el agua, el suelo, el paisaje y, por extensión, a la calidad de vida en su entorno.
Uno de los vectores más sensibles es el aire. La actividad prevista en la planta —recepción, manipulación y tratamiento de purines, estiércoles, residuos alimentarios, lodos y subproductos animales— conlleva emisiones atmosféricas tanto difusas como canalizadas. Aunque se instalarán biofiltros, la empresa reconoce que podrían producirse escapes de olores, sobre todo durante las fases de carga y descarga de residuos orgánicos. También se instalará una antorcha para la quema de biogás excedente o de mala calidad, lo que implica emisión directa de gases a la atmósfera.
En cuanto al ruido, el movimiento constante de camiones, las operaciones de descarga y la maquinaria de trituración, mezcla y compactación generarán un entorno acústico industrial. Algunos de los equipos que se utilizarán —según reconoce la propia documentación— pueden alcanzar hasta 140 decibelios, niveles equivalentes al despegue de un avión. El estudio acústico definitivo queda pendiente de elaboración.
El impacto sobre el suelo y las aguas es otro de los frentes críticos. La planta tratará residuos líquidos, y el agua residual resultante será vertida a la Rambla Salada tras su paso por una depuradora interna. Se estima que tratará 33.094 m3 anuales. Aunque el sistema de depuración propuesto cumple con la normativa vigente, el riesgo de filtraciones, vertidos accidentales o fallos en el proceso existe, y su repercusión en un entorno agrario y próximo a acuíferos debe valorarse con detenimiento.
Según la documentación presentada por PreZero, las aguas que llegarán a la Rambla Salada serán el resultado de varios procesos: fracción líquida separada de residuos agrícolas, ganaderos e industriales, aguas de limpieza de naves, equipos y playas de descarga, aguas del lavadero y camiones y aguas pluviales.
El proyecto también transformará el paisaje. Donde ahora hay terreno agrícola o semiurbano, pasará a haber una instalación industrial visible desde la carretera, con naves, depósitos, silos y circulación continua de vehículos pesados. Se ha previsto un cinturón vegetal para atenuar el impacto visual, pero el cambio será notorio para quien vive o trabaja en el entorno inmediato.
El riesgo de explosión también está previsto, pero considerado bajo, con mecanismos de contención como antorchas, sistemas de ventilación y ausencia de almacenamiento prolongado de biogás. No obstante, se reconoce que cualquier parada no controlada del sistema puede generar situaciones en las que el biogás debe ser eliminado de forma segura.
Por último, aunque no es un impacto “natural” en sentido estricto, los redactores del estudio reconocen un factor que muchas veces se pasa por alto: el rechazo social. Las plantas que tratan residuos ganaderos o industriales no suelen contar con apoyo ciudadano cuando se instalan cerca de viviendas o campos de cultivo, por la imagen negativa que proyectan y por los riesgos -reales o percibidos- que asocian los vecinos a estas instalaciones.
El proyecto aún no está aprobado. La Dirección General de Medio Ambiente ha solicitado a la empresa una subsanación de varios aspectos técnicos y todavía debe decidir si se tramita como evaluación ambiental simplificada —como solicita PreZero— o como evaluación ordinaria, que implicaría un estudio de impacto más detallado y un periodo de alegaciones más abierto. Mientras la tramitación avanza, la planta de CH4 Green Gas permanece sobre plano.
Sobre PreZero
PreZero, en colaboración con Hera, gestiona los residuos domésticos de 35 municipios de la Región de Murcia. Esta labor incluye el transporte, separación y tratamiento de los residuos, con el objetivo de reciclarlos y darles un nuevo uso. El contrato, por importe de 67,7 millones de euros, tiene una duración de dos años, prorrogable por uno más y se lo adjudicó el Consorcio de Residuos de la Región de Murcia.
Fuente: RRNEWS
Deja una respuesta