El rearme de la Unión Europea (2) ¿Seguir en Ucrania sin el apoyo de EEUU?

P. Sanchez y M. Robles con la industria de armamentos. Marzo 2024. Procedencia:izquierdadiario.es.
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Por Raúl Radovich

El relato de la amenaza de guerra es la coartada que tiene la UE para imponernos los recortes sociales que financiarán la reconversión de la industria no competitiva hacia la fabricación de armas y el aumento de las compras al complejo militar de EEUU.

En nuestro anterior artículo  sobre el rearme de la UE  explicamos cómo la nueva normalidad que nos quieren imponer, atribuye el aumento del gasto militar a una pretensión rusa de adueñarse de  Europa. Demostramos también cómo ese relato es una una patraña difundida por los gobiernos de la UE y los medios de comunicación. Ante el giro dado por la política norteamericana en la segunda presidencia de Trump, en relación con la guerra de Ucrania, la UE nos quieren vender el relato de que es una oportunidad para potenciar los ejércitos, buscando sinergias que les permita tener la autonomía para una estrategia militar común, apoyada por una industria armamentística propia. Esta idea se lleva al delirio cuando se afirma, que aún sin EEUU, de esa forma se puede vencer a Rusia. Pero detrás de este relato ¿cuál es la verdadera estrategia de quienes controlan los resortes desde Bruselas?. 

En relación al armamento convencional, la portada del medio pro OTAN por excelencia, El País que, como el PSOE es la expresión del régimen del 78, resume de forma admirable lo contradictorio de la situación militar de la UE: “El considerable gasto militar europeo, que triplica el de Moscú, no equivale a fuerte capacidad operativa, por la fragmentación, la dependencia de EE UU y la falta de un mando autónomo.”

Es decir, que no es que exista una debilidad cuantitativa por parte de los ejércitos de la UE. El gasto es claramente superior, 369.000 millones de euros, al del ejército ruso, 149.000 millones. Siguiendo su discurso, con el que no estamos en absoluto de acuerdo, podría entenderse que se pretenda tener como objetivo la reorganización y coordinación de esas fuerzas militares, pero no se ve por qué sería necesario su aumento. La falta de coherencia entre esta afirmación y las medidas que proponen es alarmante.

Entonces, ¿por qué la UE cree que el aumento del gasto militar sería la forma de contrarrestar la potencia militar rusa?. Si necesitan de 5 a 10 años para coordinar los  ejércitos, crear un mando único, y establecer una industria que los abastezca de suministros, ¿qué efecto inmediato podría tener en Ucrania y en otros  países los avances de las tropas rusas?

Mientras la UE desarrolla ese proyecto de una industria militar propia, debería dedicar parte de estos nuevos recursos que se quieren dedicar al rearme, a la compra de material de EEUU, que es la base de partida del nuevo enfoque de la era Trump. Aún así. seguirán necesitando el apoyo del ejército y la inteligencia norteamericana. Para seguir contando con dicho sostén tendrán que seguir aceptando las exigencias de la OTAN, que como sabemos es una extensión del poder que responde al complejo militar industrial estadounidense, y al mismo tiempo condiciones económicas como la aceptación de aranceles, la compra de energía y la obligación de hacer inversiones en territorio norteamericano.

Nuevas baterías de misiles hipersónicos de EEUU. (Lockheed Martin). Procedencia: El Confidencial

En realidad, dicho rearme es una forma de desarrollo del keynesianismo militar, cuya coartada es el crecimiento del PIB y del empleo. Pero tampoco es una respuesta a la supuesta superioridad rusa, porque llevar adelante una industria militar propia  implicaría muchísimo tiempo y recursos. Y si, según las tesis que defienden, el ejército ruso fuera tan potente, en ese lapso de tiempo podría haber llegado a las grandes capitales europeas. 

Como señala Pedro Costa Morata, “la UE  mantiene como propósito más caracterizado el crecimiento económico, mostrando siempre su interés por las “nuevas oportunidades”, que ahora se revisten de rearme con la excusa de la amenaza rusa… La orden de rearme, en consecuencia, no significa que haya una voluntad decidida de ir en el enfrentamiento con Rusia hasta las últimas consecuencias, y mucho menos si el desapego norteamericano se confirma: se trata ante todo de crecimiento, negocio, beneficios.”

Objetivos todos que no tienen nada que ver con la defensa de Ucrania ni con el temor ante el “oso ruso”. Los argumentos del discurso del rearme son una exageración sin ninguna base, pero con un objetivo muy claro: asustar a la población europea que, ni en sus peores pesadillas piensa que los jóvenes, ellos menos que nadie, tengan que empuñar las armas y encontrar un chivo expiatorio a quien echarle la culpa, para encubrir sus verdaderos objetivos: la reorientación de la industria no competitiva, como lo es la automotriz hacia el negocio de las armas

Lo más patético del discurso del rearme, es que han sido los y las ucranianas, no la población de la Unión Europea, quienes han pagado el precio de cientos de miles de muertos, la destrucción de sus principales equipamientos, el aumento de una deuda que les obligará a entregar sus minerales e infraestructuras y sobre todo, la pérdida del 20% de su territorio donde estaban instaladas las principales industrias. Es decir, toda la  negativa a llegar a acuerdos con Rusia les está llevando a tener que aceptar unas condiciones en las que ni siquiera se han podido sentar a discutir seriamente hasta ahora, y que serán mucho peores que las que pudieron haber aceptado en el acuerdo de  Minsk de 2015  o los de 2022 en Estambul , pocos días después de la entrada de las tropas rusas en Ucrania. En este último caso fue Boris Johnson quien las boicoteó, y ahora sobre todo es Alemania la que no quiere que haya ningún acuerdo, formando bloque con un Reino Unido que, para seguir soñando con su antiguo papel de hegemón mundial, sigue a pie juntillas la estrategia de la Casa Blanca.

Así las cosas, ¿cómo quiere hacernos creer la UE  que sin el respaldo de EEUU va  a poder ganar una guerra que ya está perdida?. Ante esta victoria rusa, si China sigue avanzando hacia la conversión en primera potencia económica mundial, y los Brics con todas sus contradicciones actúan como aliados de China y Rusia, colaborando  entre ellos en alternativas al dólar, ¿cómo pretenden vendernos que son capaces de tener autonomía  ante  Trump?. El líder derechista con su ”racionalidad del imbécil”, descrita en otro artículo, pretende detener su pérdida de influencia en el mercado mundial, para lo cual necesita una subordinación de la UE más acentuada todavía.

El resultado que busca Trump es que la Unión Europea aumente sus gastos militares mientras que EE UU los baje o deje de aumentarlo. En consecuencia, EEUU podrá destinar esos recursos que se ahorra, a aumentar su posición competitiva tratando de iniciar un proceso de reindustrialización, lo que llevaría a los votantes de Trump a mejorar su situación material. En el caso de Europa será al revés. La parte del presupuesto que se destinará a gastos militares  tendrá que ser detraída de los gastos sociales, jubilaciones, sanidad, educación, o de la lucha contra el cambio climático. 

Con la firma  del acuerdo de la OTAN, en su reunión anual en junio del 2025, rubricado también por el gobierno del estado español, todos estos sueños de ser una potencia autónoma por parte de la UE sueños son. En efecto, los gastos militares  deben alcanzar el 5% de su PIB,  ochocientos   mil millones anuales, el doble que el actual. Como los estados seguirán decidiendo por separado como gastan esos recursos, no hay ninguna posibilidad que se desarrolle un ejército único, con lo cual se mantendrá la situación actual, en que los gobiernos destinan esos recursos en función de la presión de los diferentes grupos de interés. Esto es lo que en el discurso  se quería evitar para poder hacer frente al ejército ruso.

Con el nuevo objetivo de gasto se excederá el déficit autorizado por los países miembros. La  alternativa  es una mayor presión impositiva o aumentar la deuda, esta vez común de toda la UE. Las consecuencias serán un incremento a medio y largo plazo  de la inflación con la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

El resultado final es que para imponer esas medidas será necesario restringir libertades y derechos, y aumentar la represión. De esta forma, se cierra el círculo de la política de rearme europea. De la defensa del “derecho universal”  de cualquier país invadido se pasa a respaldar intereses concretos como son los de la industria militar, tanto europea como norteamericana, con la pérdida de  derechos que la clase trabajadora tardó tantos años y tantas vidas conseguir. Por eso es tan criticable esta campaña de Europa a favor del rearme, y tan nefasta la política de los gobiernos proclamados progresistas cuando no denuncian ni se oponen de forma clara esta deriva guerrera.

El peligro del rearme alemán

¿Y  quién podría beneficiarse en este caso? El único país de la UE que está en condiciones tecnológicas y financieras es nada más y nada menos que Alemania. Con el apoyo de EEUU, tras su derrota en la SGM, resurgió económicamente, pero no del todo en el terreno militar. Ahora parece que ha optado por el rearme sin limitaciones ni complejos de ningún tipo. De la época de Schroeder y Merkel en que la estrategia era conseguir energía barata en Rusia y ser proveedor de China en productos de alta tecnología, se ha quedado en el limbo internacional sin ninguna de esas dos cartas.

Trabajadores ante el cierre de la empresa Ford en Saarlouis. 22/06/22. Procedencia: wsws.org

El mejor ejemplo de la pérdida de mercados por parte de Alemania lo podemos ver en el sector del automóvil. Sólo en el último año la producción cayó un 5 % y perdió 19 mil empleos. Volkswagen planea cerrar tres plantas, despedir decenas de miles de obreros, y disminuir un 10% los salarios. Pero para ver la magnitud de la caída debemos analizarlo en un período más largo. Desde 1980 las exportaciones alemanas de la industria automotriz se mantuvieron en torno al 20% del total mundial. Pero tras el cese del abastecimiento de energía barata rusa ha caído a un 15 %, aunque mantiene el segundo puesto detrás de China que entre 1980 y la actualidad pasó de 0 a 18%.

Mucho mayor es la caída si analizamos esa participación en la producción mundial. Entre 1980 y 2023 ese porcentaje se redujo a la mitad, del 10 al 5%, mientras que China pasó del 1 al 33%. Una evolución que se muestra implacable ante el posible futuro de la industria automotriz alemana, que representa cerca del 11% del PBI,   el 17% de las exportaciones y cuenta con 1.600.000 empleos.

Los gasoductos  entre Rusia y la Unión Europea. Procendencia: Samuel Bailey. Wikipedia.

La aceptación en silencio del gobierno alemán sobre la voladura del Nord Stream, admitida por el propio Trump cuando declaró: “Creo que  mucha gente sabe quien lo voló pero yo fui el que lo voló originalmente, porque yo no habría dejado que se construyera”  es muy significativa. Lo que, en principio, parecía solo un rasgo de vasallaje  de un país ocupado todavía por 35.000 soldados norteamericanos y la mayor base militar fuera de  EEUU, quizás  se explica mejor ahora, desde esta nueva perspectiva.

Ante la debilidad de Francia, Alemania puede convertirse en la primera potencia europea, no sólo en lo económico, sino también  en lo militar, llegando incluso a aspirar al poder nuclear prohibido hasta ahora, con lo que Francia perdería el único signo de superioridad que podría demostrar para ejercer el liderazgo en la Unión Europea.

Tras el comienzo de la guerra en Ucrania, Alemania aumentó su presupuesto de defensa en cien mil millones de euros, ahora en un plan plurianual van a aumentarlos en quinientos mil millones más en cuatro años, sin que cuenten a la hora de fijar el límite de déficit en el ámbito de la UE, que tienen todos los países comunitarios, y lo que es más grave, “reconocen que en 2029 ya estarán preparados para la guerra”. Para   ello, han reducido al máximo el tiempo de tramitación de los proyectos para la fabricación de armas, pasando de 5 años a 2 meses.

Marcha en Chemnitz de toda la ultraderecha (Mathhias Vollmer). Procedencia: El Confidencial.

Como afirma A. Antón, “esa militarización no facilita la  autonomía estratégica europea respecto del poderío militar estadounidense y su complejo militar industrial, del que dependen dos tercios de sus armas y su adquisición inmediata. A medio plazo, al menos una década, no hay capacidad industrial y tecnológica para garantizar esa autonomía militar respecto de EEUU. O sea, las élites dirigentes europeas no se replantean la salida de la OTAN, ni la insubordinación jerárquica del mando militar estadounidense. Tampoco hay suficientes motivos políticos en los gobiernos europeos para romper la alianza atlántica, ni siquiera para formar un ejército autónomo o un brazo europeo en la OTAN.”

Si agregamos que este fenómeno va acompañado de un peligroso crecimiento  de la extrema derecha nos encontramos con los ingredientes que dieron lugar al expansionismo alemán de la primera mitad del siglo XX, lo que pondría en cuestión la UE y su menguante democracia. 

Conclusiones

El sentido del discurso de la UE es que ante la pérdida de competitividad por parte de la industria europea, y su lógica disminución de importancia en el mercado mundial, quiere que los presupuestos militares sean la base para una reestructuración industrial volcándose en la fabricación de armas y en el aumento de compras de instrumentos bélicos de EEUU. 

Con la humillante imposición de Trump en su campo de golf a la presidenta de la UE, a fines de julio, que se ha querido vender como un acuerdo, la UE se obliga a comprar “cientos de miles de millones de dólares” en armamento, sin especificar cuántos cientos. Sí además la UE se compromete a comprar más de 700 mil millones de dólares en energía, y a invertir  600 mil millones en territorio de EEUU, queda claro que se reduce la capacidad financiera para invertir en la propia industria militar. 

Esta es la verdadera causa del rearme europeo y no el peligro de que Rusia controle Europa. De manera que aunque no sabemos hasta qué grado puede llegar la escalada del enfrentamiento entre China y EEUU, en lo inmediato la estrategia de la Unión Europea es asustarnos para que renunciemos a oponernos a su plan, aceptando un retroceso social en toda regla para financiar el rearme.

Ante semejante  ejercicio de cinismo de los medios  europeos que son parte del poder mundial, se trata de  establecer bases de actuación conjunta en todo el continente para lo cual las organizaciones sociales,  sindicatos, movimientos sociales, y ecologistas deben entender que la lucha es contra un fabuloso poder que a la hora de reducir derechos actúa unido sin tener en cuenta las fronteras nacionales, donde los estados cada vez más se limitan a mantener el orden en casos eventuales en que vean en peligro los privilegios de una minoría.

Huelgas en apoyo a los obreros de Tesla no cesan en Europa. Procedencia: Motor.es.

En particular, todos los conflictos ambientales, cambio climático, energía nuclear, macro renovables, gasoductos y la guerra en su máxima expresión, con  las temibles armas nucleares, deben abordarse a nivel supranacional. A la hora de las reivindicaciones hay que tratar de coordinar salidas a la calle en la mayor cantidad de ciudades posibles. Hay que actuar unidos también  para frenar  todas las leyes  que signifiquen pérdida de derechos  y  restricción de libertades, ya que en cuanto lo logran en un país tratan de trasladarlo a los otros países y a nivel comunitario.

Especial atención hay que dedicar a las grandes empresas mundiales, como las del sector automotriz, en particular Tesla, que está siendo un ejemplo de nuevo tipo de  luchas, o los gigantes como Amazon, Google, Meta o X,  ya que, a pesar de su poderío tienen un grado de vulnerabilidad importante si surgen boicots o huelgas coordinadas internacionalmente, tanto de trabajadores como de usuarios de las redes sociales.

En ese sentido, el ejemplo de los obreros portuarios, herederos de una tradición de lucha, boicoteando el envío de armas a Israel  , es ejemplar, ya que en la pandemia se ha demostrado el efecto que puede tener la interrupción de las cadenas de suministro en un mundo gobernado por los dueños de la nube,que desde sus plataformas y empresas tecnológicas  condicionan nuestras vidas. Cada día es más necesario  “pensar globalmente y actuar localmente”. El planeta y la humanidad lo están demandando de forma urgente.

Cartagena, 2 de agosto de 2025

Respuestas a «El rearme de la Unión Europea (2) ¿Seguir en Ucrania sin el apoyo de EEUU?»

  1. Avatar de Carmen Sánchez Domínguez
    Carmen Sánchez Domínguez

    Me sumo a este medio por solidaridad con el planeta y sus habitantes. Espero y deseo no volver a la Edad de Piedra.

  2. Avatar de Carmen Sánchez Domínguez
    Carmen Sánchez Domínguez

    Todos unidos lo conseguiremos!!!!

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