
Tras la reciente publicación de una guía de buenas prácticas de implantación de proyectos de biogás, apadrinada, ¿como no? por el ministerio, a través del IDAE, desgranamos aquí su alcance.

Toni Jorge. STOP Ganadería Industrial
En primer lugar, el sector del biogás nos tiene acostumbrados a un desacople alarmante entre su discurso y sus prácticas, entre sus objetivos y sus modelos de plantas y entre sus intereses reales y aquellos que manifiestan como justificación a su negocio. Evidentemente no todos los desarrolladores son iguales dentro de Aebig, y seguro que los hay que no están de acuerdo con lo que sucede. Pero un lobby es un lobby y se rige por sus reglas.
No es la primera vez que hacen algo parecido, su presidente , Luis Puchades, la viva imagen del triunfador de nuevo cuño, ya escribió algún artículo en su revista dónde hablaba de la necesidad de implementar buenas prácticas acerca de la distancia de las plantas, a la vez que , preocupado por la creciente oposición ciudadana , lanzaba acusaciones de falta de información, demagogia y actitudes de NIMBYs a las plataformas.
Me parece una muestra de cinismo y de lavado de imagen que, ante el desacierto absoluto del modelo de implantación de biometano, ante el caos que reina por toda la geografía y ante la aparición de plantas cada vez más aberrantes por insostenibles ( como la de Sentiu de Sió de 470.000 Tm), se inicie una campaña de marketing, porque no es otra cosa , destinada a mejorar la imagen del sector. Pero lo peor de todo es que esta campaña venga amparada por el ministerio de transición ecológica y reto demográfico a través del instituto para la diversificación y ahorro de la energía, que de esta manera va a contribuir al lavado de imagen del sector. Esta colaboración deja otra reflexión, la única motivación que existe tras el impulso al biometano de inyección a red es incentivar la maquinaria económica y sostener un sector, el del gas que ha hecho una inversión astronómica en una red de distribución que tiene que seguir usándose con lo que sea.
En primer lugar, un catálogo de buenas prácticas no deja de ser más que el papel higiénico con que se limpian las diferentes empresas que operan en un sector. Estas empresas saben perfectamente que las buenas prácticas y la maximización de beneficios son incompatibles y que esto , por ejemplo, lo demuestran todos los manuales de buenas prácticas de gestión de purines que han circulado y que nunca se han aplicado porque restaban beneficios y por ello se ha preferido seguir contaminando mientras el cuerpo aguantaba. No es en absoluto creíble un código de buenas prácticas de una organización que integra todas las promotoras de biogás y empresas energéticas cuyo único fin es repartir dividendos sin importar como.
Ya en el primer párrafo nos encontramos con una definición del motivo por el que se hace el manual: “Esta guía surge de la necesidad de identificar buenas prácticas en la implantación de los proyectos de biogás y biometano que contribuyan a su despliegue en el territorio. Para ello, en el documento se definen líneas de acción y recomendaciones para aumentar su contribución a la economía circular y la sostenibilidad, mejorar su integración en las comunidades locales y minimizar cualquier posible impacto negativo” Se les ocurre pronunciar estas frases cuando, por ejemplo, el 50 por ciento de todos los proyectos en Castilla la Mancha ya se han puesto en marcha e intentan engañarnos con su preocupación por la economía circular, concepto del que no tienen ni la más remota idea, y por la sostenibilidad, y esto lo dicen empresas que en su mayoría están o han estado ligadas al consumo de fósiles. Sin ir más lejos ENAGAS es la mayor responsable de uso de gas fósil. Surge también, supuestamente, este catálogo del análisis de la experiencia de la implantación en los últimos años. Y a partir de esto el documento desgrana lo que esta patronal considera 7 cuestiones.

La primera es “Diálogo, transparencia, comunicación y participación ciudadana” y hace la siguiente afirmación: “Se ha de informar sobre el proyecto desde el momento “cero”,
cuando se está en las primeras fases de definición para fortalecer la participación ciudadana”.
Suponemos que AEBIG hará estas afirmaciones porque desconoce por completo las plantas impulsadas por sus afiliados y declaradas proyectos prioritarios en el mes de Agosto en las localidades de Campo de Criptana y Socuéllamos. Absolutamente ningún vecino conoció los proyectos hasta que se publicaron en el DOCM, todo un ejemplo de transparencia e implicación de los vecinos. Chinchilla de Montearagón, una planta de biometano promovida por Genia Bioenergy ( socio de AEBIG) comenzó su tramitación como proyecto prioritario, Ecologistas en Acción pidió el acceso al expediente y ni siquiera se contestó a esta demanda. Villa de don Fadrique, el alcalde anuncia en las fiestas patronales de la implantación de una planta de biometano en el municipio que ya cuenta con los terrenos y a la que se le ha facilitado la conexión eléctrica, a fecha de hoy sólo se conoce las parcelas y ningún detalle más de unas negociaciones que comenzaron hace más de un año. Ecologistas solicitó información y obtuvo la callada por respuesta. Llanos del Caudillo, el alcalde impulsa la implantación de una planta de biometano desde hace tiempo, los vecinos se enteran del acuerdo del pleno del municipio de solicitar su declaración de prioritario. Entonces estos vecinos se movilizan y ponen carteles contra la planta y pidiendo transparencia. El alcalde reacciona amenazando con multas si no se retiran los carteles, estando el municipio plagado de carteles con otras finalidades.

Podríamos seguir indefinidamente, porque las prisas de las empresas son tantas y tan grandes que consideran la transparencia como una pérdida de tiempo y de potenciales beneficios. Muchas , si no casi todas las promotoras que están desarrollando proyectos , suelen utilizar las mismas tácticas, y sólo cuando se encuentran entre la espada y la pared informan algo.La única participación que se busca de los agentes locales es la de las industrias manufactureras, agronegocio y porcinas que necesitan desesperadamente estas plantas para poder mantener sus actividades insostenibles. Lo llaman a esto “ proyectos bottom-up. También hablan de incentivar la participación social. Parece que sólo se lo toman en serio sobre el papel. Existe una diferencia abismal entre informar y bombardear con publirreportajes sin derecho a réplica.
La segunda es “Compromiso medioambiental y respeto por el entorno” en este punto han obviado el paréntesis de: “ siempre que eso no perjudique el negocio”
Es obvio que este compromiso medioambiental no ha existido en absoluto, y de ello da fé el propio socio de honor de AEBIG Fernando Suárez, que en uno de sus artículos manifiesta: “Estas cifras, en manos de desarrolladores poco conocedores del sector o con pocos escrúpulos que se lanzaron a desarrollar instalaciones muchas veces inviables, captando en base a estas cifras la atención de numerosos inversores, algunos de ellos las propias compañías gasistas, han generado unos anuncios y solicitud de proyectos por toda la geografía nacional, a mi entender, muchísimos de ellos inviables, originando una respuesta ciudadana muy notable, ya que algunos de estos desarrolladores carecían de sensibilidad medioambiental e, incluso, de suficientes conocimientos para poder diseñar y, mucho menos, informar a las poblaciones potencialmente afectadas.” Lo que no dice Fernando es que la mayor parte de estos desarrolladores están en las filas de la misma Asociación de la que él es miembro de honor.
Este “compromiso” queda totalmente en entredicho por dos razones que el mismo miembro de honor de AEBIG expone en su artículo: La primera es el monstruoso tamaño de planta que se impone si se quieren tratar purines como así viene siendo : “Esto quiere decir plantas de un tamaño considerable de unas 200.000 t de materias primas con elevado potencial de metanización si hablamos de residuos agroganaderos y, por supuesto no se pueden considerar un volumen importante de purines de cerdo, porque en caso de que una planta de 70 GWh se tuviera que alimentar con purines de cerdo, se necesitarían alrededor de 1.000.000 de t de purines, lo cual es totalmente inviable. Simplemente a nivel de aportar datos. Una planta de unos 70 GWh supondría una inversión mínima de entre 15 y 20 millones de euros si se incluye el tratamiento del digestato. Por tanto, en el volumen total de 2.326 plantas luego estaríamos hablando de inversiones totales de unos 40.000 millones de euros.”, La segunda es el alto contenido en nitrógeno del digerido procedente de los purines, que como bien dice Fernando : “La gestión de los digeridos. Es este el talón de Aquiles de muchas plantas ya que los digeridos, debido sobre todo a su contenido en nitrógeno que en absoluto reduce el proceso de biodigestión, pueden ser una fuente de contaminación atmosférica por emisiones de amoníaco o de contaminación de aguas subterráneas por aplicación indebida al suelo. Estos dos aspectos son fundamentales porque son los más sensibles en España y por los que el gobierno español tiene incluso sanciones en marcha desde la UE” Todo el apartado al que nos estamos refiriendo tiene un tufo “ voluntarista” en el sentido de que “se debería”, que resulta poco efectivo y todavía menos tranquilizador.

La tercera es “Beneficios para la comunidad” y no vamos a entrar a valorarla ya que incluye un panegírico de las bondades de una planta y los beneficios que puede dar a la comunidad, incluso combustible más barato para el transporte ( todavía no conocemos ningún proyecto destinado a tal fin).
La cuarta : “Emplazamiento adecuado de las plantas” refleja fielmente el espíritu de todo el código de buenas prácticas, ante el miedo a una regulación efectiva , lanza una serie de vaguedades del estilo de “ ubicación adecuada” “ distancia adecuada” “ no generar molestias”, se trata de cuestiones tan interpretativas que perfectamente un promotor podría considerar que es suficiente una distancia de un kilómetro como ha sucedido en algún caso.
La quinta y sexta referentes a la gestión de los residuos y del digerido son también una sucesión de perogrulladas que lanza ideas tan novedosas como :” el almacén de digerido debe contar con protecciones para evitar los olores”, o “También, se ha de asegurar que la composición del digerido cumple garantías sanitarias y que se adapta a las necesidades de los cultivos.”
RESUMIENDO: la guía de buenas prácticas para la implantación de proyectos de biogás biometano lanzado por aebig sirve perfectamente a su propósito , que no es sino ser un compendio de obviedades y vaguedades que no comprometen a nada ( como la realidad ha demostrado). Suponemos que se habrán destinado fondos públicos para la misma, lo que demuestra , una vez más , que el objetivo prioritario que sigue la supuesta transición ecológica es la incentivación de la actividad económica por encima de cualquier otra consideración. Si no fuera así, se pondría un límite de tamaño de planta y una serie de obligaciones adicionales. AEBIG se ha convertido en el lobby de referencia del sector del biometano y dedica grandes cantidades a influir en las políticas nacionales y europeas, y no es precisamente por su apuesta por el planeta.
Como reza el dicho, y aplica aquí : “ para este viaje no nos hacían falta alforjas”






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